miércoles, 25 de agosto de 2010

Caminaba, caminaba sin Cesaaar (y este se enteró y se enculó)









"LA COSA":

La basura que hay que sacar


Segundo fragmento extraído del archivo: “Bitácora de un Vestia amaistrada”, (19/08/57, Berlín)


“Estimado y no tan afectivo diario, el personificarte con tal distinción me llevo a pensar estos últimos años en bautizarte de alguna forma tomando en cuenta que me pareces mas real que cualquier amigo imaginario llamado Braulio y con mas contenido de lo que puede comunicarte un perro llamado Jagger con un “guau” (“woof” en inglés, “wan” en japonés ). Pero dejemos estos asuntos para otros momentos mas soleados, ya que lo que me compete (y simpete) en el día de la fecha es el ponerte en conocimiento acerca de los sucesos que ocurrieron en el mencionado…
Solemos mentar de mala manera a la madre del señor por dejar este que nos sucedan las tragedias mas monstruosas (que a comparación de las del vecino suelen ser chistes malos contados por el gordo peludo de tu amigo), pero luego, al salir a tomarnos un respiro por las aceitosa
s calles de nuestra ciudad, nos damos cuenta que el universo se encuentra en total equilibrio poniendo un gran peso al otro lado de la balanza como lo es la creación del sexo opuesto y la de nuestros ojos para poder admirar a tal maravilloso ser. Pero no quiero poner especial énfasis en estas cuestiones sino en lo que viví después de pensar todo esto mientras iba a comprar chorizos de pollo con morrón (odio el morrón!) a lo del tramposo (licenciado en cadáveres). A lo lejos logré divisar un individuo que me resultó conocido. Rápidamente medité -De alguno de los cursos?... Mmm.… Nah…del secundario?... uy! No me digas que es…!- Efectivamente era y el muy desgraciado estaba mirando hacia mi dirección y caminando apresuradamente hacia la misma. Recé a la salsa de 4 quesos que no me hubiera reconocido, di media vuelta con un disimulo digno del Oscar y caminé en dirección opuesta a mi caminata original. Escuche pasos detrás de mí. –Hoy no me puse las botas con el taco chillón…- recordé, -…lo cual significa que…-. El recuerdo juvenil de su insoportable persona siguiéndome por el aula, intentando imitar mis pasos por el mundo y falsificando mis huellas ahogó mi mente junto con el terror de que una vez más estuviese literalmente pisándome los talones. –V*zquez!- gritó a mis espaldas. –M*rtinianez!- gruñí por lo bajo…”

2 comentarios:

Mr. Exes dijo...

No me llore, sea hombre, habrace visto...

M. E. Antoine dijo...

Macanudo, me parece que te fuiste (o te vas?) a alemania y me dejaste (dejas?) botada.

Bueno, por eso no dejas de ser macanudo, para los demás!